El discurso del presidente al asumir el mando del país quedó totalmente opacado tanto con la trolleada de juramentación del mismo como la respuesta aireada del fujimorismo, tanto durante como después del acto, pidiendo hasta la vacancia presidencial -y eso lo dicen desde una bancada que hasta juran por un preso-, en cuanto a los unos y los otros y su reacción, me remito a la columna de Marco Sifuentes en Perú21 el otro día, creo que insistir mucho más en esto es aumentar el ruido y permitir que ganen los troles, tanto la «provocación» del presidente como el protagonismo chillón buscado por el fujimorismo derrotado (que jugará al escándalo perpetuo, qué diferencia con su postura aliada y dialogante durante el lustro anterior), todo ese vocerío ha encontrado un hueco importante no solo en columnas de opinión, sino también en las noticias, donde siguen apareciendo con un papel relevante, solo parcialmente sustituido por las estridencias que vienen desde Perú Posible.