Parte del discurso anticastrista suele poner sobre el tapete la dificultad de salir de Cuba. Es cierto, en Cuba se ponen más trabas para «salir» que en otros países del entorno latinoamericano (donde no es barato tampoco obtener el pasaporte, ni la mayoría puede costearse el salir del país), así lo reproduce este domingo Yoani Sánchez en El Comercio, en un artículo titulado «El calvario para salir de Cuba». Es cierto que todo eso pasa en la isla donde el sueño socialista tiende a parecer una pesadilla a ratos e injustificable que ocurra desde un punto de vista doctrinal (la doctrina que dicen seguir), y también lo es que un «derecho humano» como el de «salir libremente» y «regresar a su país» es vulnerado en Cuba (artículo 13.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el art. 12.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aunque Cuba lo ha firmado pero no ratificado, así que no sería de aplicación para ellos)…