Me encanta ver cómo una buena parte de la derecha española ha descubierto la objeción de conciencia, sí, esos mismos que durante años la han querido negar, ahora la levantan como un bastión infranqueable que defiende al individuo de las mayorías parlamentarias, y está bien, más o menos ese es el fundamento de la objeción, y sí nace de una concepción individualista de la persona en la sociedad, lo que debiera ser propio de una derecha que se reclama liberal (aunque rara vez lo sea).