Sin saberlo, comencé a fijarme en como la gente del entorno se escondía tras sus máscaras, intentando guardar cualquier cosa que les reconociera como individuos, intentando no molestar al resto, todos haciendo lo mismo. Todos han decidido ser como el resto, así ninguno muestra su rostro, mientras fingen ver en las máscaras ajenas las caras de los individuos cuando sólo tienen ante sí un espejo que les muestra su propia máscara, la dada por su sociedad.