De La Vega y los secuestros

Más sobre el secuestro de El Jueves: De La Vega afirma que se le ha malinterpretado y tacha la institución del secuestro de publicaciones como una institución «anclada en el pasado» y, de forma bastante acertada, asegura que «su procedencia y eficacia están en cuestión». Tenía ganas de continuar con el tema, más allá de la mera información, o desinformación que ha inundado los medios personales españoles (me he hartado de leer que «no existe» un delito de injurias salvo que sea contra la Corona, cosa que es más que falsa, por supuesto).

De La Vega, la primera vicepresidente del gobierno español, ha sabido regatear las cuestiones de fondo, actuales, y que inician el debate sobre el secuestro (y su verdadera utilidad actualmente) y ha llegado a una obvia conclusión: «Se trata de un debate que debe recolocar una figura que está anclada en un momento diferente al que vivimos». De La Vega se «ha mostrado contraria a limitar el ejercicio de la libertad de expresión» (según reza la noticia de El País), pero ha recordado que la libertad de expresión no es ilimitada (no todo cabe dentro de lo que se llama libertad de expresión). Cabe recordar, en este punto, que la sátira siempre ha contado con una especial protección, siempre ha sido «la válvula de escape», a la par que se debe ver hasta qué punto «la propia imagen» y el «derecho al honor, cuando se ofende con injurias» son tan genéricos que hacen inviable la libertad de expresión (sobre todo de sátira), y más cuando estamos ante personajes públicos que tienen un papel en el organigrama del poder. Esto es, en contra de lo que se suele defender, son esos personajes los que «menos» debieran ser protegidos, porque son los que «menos necesitan» esa protección y porque dichas cuestiones forman parte de la crítica al poder y sus satélites.

Está claro que el secuestro de publicaciones, sobre el papel, tiene un fin concreto (diferente al de «censura» o «pura censura»), y ha quedado más que patente que en un mundo de fácil reproducción de los contenidos, el secuestro de una publicación no ayuda al fin que persigue (el cese en el perjuicio al honor de una persona física o jurídica). Esto es, secuestrar una publicación actualmente significa la reproducción sin control del contenido secuestrado, cuestión difícil antaño por los medios técnicos, así pues, el secuestro deja de tener sentido «tal como está planteado». Hay que coger con papel de fumar el tema de los secuestros, personalmente considero que no tienen ninguna razón de ser en los casos de injurias, y que sólo debieran caber en casos clarísimos de calumnias

Por cierto, se ha realizado una actuación «un poco más lógica» con respecto a la web de El Jueves, se ha reemplazado la imagen de la portada secuestrada por la resolución en la cual se les «pide» que retiren esa portada, y se ha devuelto el control de la web a la gente de El Jueves, que siguen en sus trece (como no puede ser de otra forma) denunciando lo desproporcionado de la medida. ¿Y si la sentencia final les da la razón qué? ¿Pedirán cuentas al Estado por lo perdido durante el secuestro? (¿Han perdido algo?)

En fin, todo lo anterior lo escribí hace como doce horas, quería meterme en el tema de los equilibrios y demás entre dos derechos, y cómo creo que no se justifica el secuestro por injurias en ningún caso, y, a la par, cómo el secuestro de una publicación produce el efecto contrario a lo buscado con la medida, y sobre todo cómo una institución como la monarquía, o los presidentes del gobierno (ya que otras publicaciones se han secuestrado a pedido de los mismos, y Felipe Gonzáles sabía bastante de esto) son de los personajes que deben tener más correa frente a las críticas e insultos. Pero veo la «nueva carátula» de El Jueves en su «rectificación«, que saldrá el próximo miércoles (número enteramente dedicado al secuestro, según dicen, y que seguro tendrá un récord de ventas considerable) y, entre la hora y las risas, se me han quitado las ganas de decir tantas Perogrulladas y revisar los libros del escritorio para poner algo coherente en la «parte jurídica» de la presente entrada. Así que les dejo la carátula, esperando que sea real y no un error de Europa Press:

¡Ánimo El Jueves!

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