Ante las elecciones estadounidenses

Es increíble la cantidad de burradas juntas que uno puede escuchar en una tertulia sobre un tema. No sé si quienes hablaban eran expertos o, como en otros casos, simplemente son opinadores (como yo) que hablan porque sí. ¿La diferencia? Si son expertos, me da que mentían descaradamente. Ayer en Radio 5 estaban alabando el sistema, la alta participación (¿qué? hablamos de un país que dificulta, por sistema, saber la participación y donde la misma no llega al 45% en elecciones como esta; como ejemplo, la del 2010) y obvien mencionar (después de alabar el bipartidismo fuerte) el simple hecho que nos encontramos ante un sistema mayoritario que, justamente, hace que se tienda a ese voto concentrado. Claro que también uno comentó que el presidencialismo, con sus dos legitimidades, solo funciona en EE.UU., mientras que en el resto del mundo «provoca guerras». No es el problema Congreso-Presidente el que las genera, ni es un oasis el país norteño que nos ocupa en estos temas, en realidad, el presidencialismo está muy presente en todo el mundo (y en todo el continente americano) sin que sea la causa de mucho conflicto.

Pero bueno, vamos a entrar en materia. Después de esta queja hacia nadie en concreto (sin enlaces, sin nombres, contra lugares comunes que escucho tal vez demasiado), sí les quiero recomendar un artículo: «El inevitable fracaso de Obama en las elecciones», en Guerra Eterna.

No podemos olvidar que, si bien el Senado pasará a ser republicano, la Cámara de Representantes ya lo era; lo que es más curioso (para romper también con esas ideas de su supremacía electoral), en realidad los republicanos ocupan más escaños sin tener la mayoría de los votos en el país (algo más de un punto menos que los demócratas), con lo que en ese sentido, por más que pierda las elecciones (tanto en votos como en escaños), la situación cambiará poco para el presidente.

Por parte del Senado, otra vez, no resulta tan importante el «partido» al que represente el senador (53 demócratas y 2 independientes que votan, normalmente, como los demócratas, le dan a Obama la mayoría absoluta en la cámara controlada por su vicepresidente), sino los intereses concretos (ante qué poderes fácticos responde; los que pagaron su campaña) y los de su electorado (ojo, no los de los ciudadanos o residentes estadounidenses, sino en concreto los de quienes están registrados y podrán votarle la próxima vez). Muchos de los problemas que está teniendo Obama los encuentra en la falta de disciplina de voto en su propio partido (cuestión común en los dos partidos), Demócratas que no le acompañan en sus decisiones (aunque se colgaron de su popularidad para salir electos) y no le permiten tirar para adelante en elementos importantes de su política.

Tampoco nos llevemos las manos a la cabeza, no es nada extraño que un presidente no tenga al Congreso de su lado o que las dos cámaras tengan distintas mayorías (una gráfica la mar de interesante de la WP para ilustrar esto); en los últimos dos años Bush vivió la misma situación, antes que él Clinton supo qué era vivir casi todo el tiempo con las cámaras en contra mientras que Bush padre lo que no conoció fue cámaras a su favor. Reagan realizó muchas de sus reformas con la cámara baja en contra y, las últimas, con todo el parlamento fastidiando. Nada nuevo bajo el sol.

Ni siquiera significa perder las siguientes elecciones presidenciales (a las que Obama no se puede presentar); el precedente más reciente es el de Bush padre ganando las elecciones tras Reagan, las cámaras, durante los dos años anteriores, eran Demócratas y, lo más curioso, es que lo siguieron siendo hasta las primeras elecciones parciales legislativas tras Clinton.

¿Qué hará Obama tras las elecciones? Seguir con su vida independientemente del resultado, las cosas no cambiarán mucho.

(No soy experto en la política estadounidense, no sé qué senadores, en concreto, son los que se someten a la elección -elecciones parciales para la cámara alta-, así que no sé si los que más votan en contra de Obama, entre los demócratas, son los que van a las elecciones o son otros; la cosa, insisto, no será tan distinta).

Actualización (para poner dos enlaces):

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