Estado de emergencia en Cajamarca, unas notas breves

«La paz obtenida con el filo de la espada no es más que una simple tregua»
Pierre Joseph Proudhon

En un par de días hemos pasado del inicio del diálogo en Cajamarca (tras un largo paro y bloqueo de la ciudad) al Estado de Emergencia (así, suspendidas las libertades), con la lógica militarización regional por dicha declaración (por más que digan que las FF.AA. van en apoyo de la PNP), evidentemente esto trae consigo la suspensión de las protestas antimineras (no hacerlo sería incurrir en delitos y daría pie a un ataque frontal por parte de quienes buscan sangre, esto es, el Estado). El acuerdo no fue posible (muy poco tiempo para pensar que eso es una negociación que pueda cerrarse) y el paro, se suponía, iba a continuar, pero el gobierno jugó su carta: Estado de Emergencia (y por el plazo máximo: 60 días). Fujimoristas y apristas aplauden la medida…

Las visiones que dan las partes sentadas a negociar (solo ocho horas, no pues, en cuatro horas no se resuelve nada) han comunicado a la prensa, evidentemente, una visión totalmente distinta de lo ahí ocurrido, el Presidente de Cajamarca, Gregorio Santos, acusa al ejecutivo de haber ido con unos acuerdos y haber amenazado que o se firmaban o se declaraba el Estado de emergencia. La intransigencia, para el PCM (comunicado de prensa dado el 4), en el cual ni se plantea por encima la posibilidad de declarar el Estado de Emergencia.

También las versiones discrepan en otra cosa: Santos dice que ellos no iban a firmar sin consultar, así que no, no solo se negaron a firmar los «ambientalistas», sino también el resto de alcaldes, con la razón que sea, por más que estaban más cerca al acuerdo (con el tema de un nuevo informe), pero no significa que la reunión la reventaron los ambientalistas ni mucho menos, Santos asegura que el gobierno quería ya tener el acuerdo firmado, que no aceptaba esa posibilidad de que se levantaran de la mesa sin él (¿de verdad pensaban que en ocho horas podían sacar un acuerdo que cerrara el tema?). Al menos sabemos que este gobierno sí cumple… las amenazas. No las promesas, esas no las cumplirá (Arana tiene razón).

Wilfredo Saavedra, presidente del Frente de Defensa Ambiental (uno de esos intransigentes según Ollanta Humala, presidente de la República), declaró:

«Regresemos a la normalidad en todas y cada una de las actividades en Cajamarca y en todas y cada una de las provincias de nuestra región para no caer en el juego de los que hoy todavía se mantienen en el gobierno y quieren solucionar los problemas de nuestro pueblo a bala y a sangre»

Al final se está repitiendo el esquema que con Alan (y antes con Toledo -si al final lo de HumAlan será cierto y todo-), cuando reclamas no te hacen absolutamente nada de caso, se impone siempre lo que al poderoso le conviene, tienes que llegar casi al extremo (hace un tiempo escribí sobre la violencia como única forma de que te hagan caso), después de mucho tiempo en ese extremo (nueve días de paro que vaciaron la ciudad, según las limeñas crónicas de periodistas «que no podían salir»), y ahí el Estado se mueve en la dirección incorrecta y termina proscribiendo cualquier protesta, si no aceptas lo que el Estado «ofrece», eres «intransigente» y vas contra la Nación, un antipatriota. Ahí o hay más violencia o el movimiento descontento actúa con prudencia y firmeza (como las declaraciones de Saavedra).

El tema es complejo y difícil, y el gobierno ha demostrado no estar a la altura desde el primer momento, y ha actuado como lo hicieron sus antecesores.

Criminalizar la protesta e imponer con las armas el orden (eso es un Estado de Emergencia «para asegurar la paz»), a la par que se llama al «diálogo», es la forma de bloquear las soluciones posibles y poner a la otra parte como «enemiga» más que «contraria».

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