¿Voto electrónico? No gracias

Dentro de todos los medios y suspicacias que está levantando la larguísima demora de la ONPE para proclamar los resultados (máxime teniendo en cuenta la cantidad de actas observadas o, lo que es mucho peor, perdidas y reencontradas), del trabajo sucio que se ha hecho en campaña (los trabajadores de la municipalidad de Lima, regida por Castañeda, colgando carteles anti-FS en las madrugadas) y en el día de las elecciones contra Susana Villarán (Fuerza Social), contando la detención del jefe del Área de Gestión Patrimonial de la alcaldía provincial (por tener folletos contra Susana para repartir el día de las elecciones), hacen que estas elecciones cada vez huelan peor (y no es que el hedor inicial fuera bueno precisamente), a mí me da miedo, de paso, que todo esto se use para justificar la aprobación del voto electrónico, ¡como pide la jefa de la ONPE!

El voto electrónico no es la solución a nuestro problema, sería, más bien, el comienzo de otro calvario, distinto y peor a partes iguales. Que en Brasil lo usen y hayan salido en todos los medios lo rápido que se contó ahí los votos no significa que sea el mejor sistema, o que en la aplicación peruana del mismo el conteo sea rápido. Lo voy a decir de otra forma, el voto en España también es con papeletas de toda la vida, y en las elecciones generales de 2008 (donde se votó al Congreso de los diputados -papeleta única que se mete en un sobre- y al Senado -cédula en que se marcan los candidatos que quieres, esto es, listas abiertas-) el 10 de marzo a las 5:36 am ya estaba dándose el avance al 99% escrutado. Ojo, son más electores que en Perú (votaron más de 25,5 millones de personas) y las mesas se cierran más tarde (a las 8pm, en Perú es a las 4pm). Así que simplemente es un tema de organización y de forma en que se produce el conteo, en 10 horas debería ser más que suficiente para poder escrutar bien las actas (hasta ahora todas las mesas del local en que voté aparecen como «sin informar»).

Antes de preocuparse por el voto electrónico deberían comenzar cumpliendo su propia legislación electoral, y exigiendo ue se reglamenten los apartados que viven en el olvido perpetuo (como es el voto por correo establecido en el párrafo segundo del artículo 239 de la Ley Orgánica de Elecciones, Ley Nº 26859)… Pero no, nos están llevando al voto electrónico que tiene serios problemas, y nos lo recuerdan los hackers que se ponen a jugar al PacMan en máquinas de votación. O se achaca los problemas al antivirus de las maquinitas

En Holanda, uno de los países pioneros en el uso de este sistema (si mal no recuerdo) al final terminaron echándose para atrás, una vuelta a las papeletas de toda la vida, más baratas, fiables, y seguras en el tema de respetar el secreto del voto, en otros lares no hubo suerte en la vuelta, pero se intentó o declaró la intención de regresar a las simples máquinas que son los lapiceros (como en algunos estados de Estados Unidos), por no decir que los problemas surgen hasta en las primarias gringas. Y hay muchos más incidentes documentados (en el artículo de la Wikipedia sobre el e-Voto podemos encontrar una bonita lista con sus respectivos enlaces). Ojo, los problemas no son solo de fraude electoral (el que se ha llevado haciendo desde que se inventó la democracia), sino también de fácil ruptura del secreto del voto (como ha pasado con las máquinas que se usaron el domingo pasado en Brasil, sin ir más lejos).

Innegable que el sistema del papel tiene mil y un fallos, no digo que sea perfecto, pero es mucho más fácil de controlar que una máquina, tanto para un personero, como para el miembro de Transparencia como para el simple y mortal votante (vamos, que yo me puedo dar cuenta si en mi cédula faltan partidos -como ha pasado alguna vez- y puedo llevarme una para enseñarla, eso con la máquina no puedo hacerlo), y si el sistema del voto electrónico solo es para “imprimir” una papeleta, con una impresora al lado del cubículo de votación sobra (algo así proponían en España, para ahorrar papeletas, que se imprimen demasiadas), y si necesitamos que el sistema imprima una papeleta para poder hacer comprobaciones manuales (como se hace en muchos lados, teniendo validez la papeleta sobre el voto electrónico)… Pues no sé qué se gana con el sistema electrónico (sin contar las interesantes comisiones al adjudicar un concurso a tal o cual compañía). ¿El conteo rápido? No, ese problema se soluciona con una mejor organización y más recursos, y no sé si por 10 horas (o menos) de espera (que es lo que se demoraron en España en las últimas generales) vale la pena no solo gastar tanta plata, sino, sobre todo, poner en riesgo el secreto del voto.

Excurso: Lo curioso es que si es el gobierno de Venezuela quien usa las máquinas, es el acabose de la democracia chau secreto del voto, adiós conteo como dios manda, si somos nosotros, oh tan respetuosos con las leyes electorales, es lo ideal, el paraíso.

Segundo excurso: ¿Y para cuándo el voto como derecho en vez de como obligación?

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