¡Cuánta mentira junta! El PP y el Derecho Penal

«La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona.»
François Marie Arouet (Voltaire).

El fin constitucional de las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad es la reinserción social y la reeducación del condenado (art. 25 de la carta magna), comencemos por ahí. Trillo, del Partido Popular (PP, ese partido que arropa y aúpa a presuntos corruptos), se desmelena y dice que el «buenismo correccionista» de la izquierda es una idea «decimonónica» hace que el Código Penal sea demasiado suave y no cumpla con el fin de disuadir a los delincuentes, por lo que está aumentando la delincuencia en España.

Hablando de ideas decimonónicas con respecto a la pena, deberíamos hablar de la cadena perpetua (con el eufemismo de «revisable», propuesta por el PP y punta central de lo que en su imaginario es una pena que sí disuade al delincuente), aunque bueno, la referencia al siglo XIX queda corta, cuando la petición del puro castigo fue el primer fin de la pena, con la lex talionis con aquello de ojo por ojo y diente por diente (y todos desdentados y ciegos), principio de justicia retributiva (tanto mal has causado, tanto mal recibes), que es en lo que se basa, finalmente, tanto la cadena perpetua como la pena de muerte (se considera que tu delito es tan grave que no te puedes reincorporar a la sociedad), por más que hablen de «revisable» (prácticamente todas las penas, por no decir todas, son revisables, faltaría más).

Miente Trillo al presentar España como un país en que crece la delincuencia, cuando en términos generales está disminuyendo, y eso que se han incorporado conductas que en tiempos del PP no eran delictivas al código penal (como las puestas en la reforma del código de circulación endurecidas con una reforma en el código penal donde delitos de peligro se volvieron delitos de simple actividad, llenándose los juzgados de nuevos delincuentes, con penas principales más bien bajas, y normalmente en suspenso por ser el primer delito, aunque con penas o medidas accesorias bastante gravosas). Sí crece nuestra población reclusa, pero es que nuestros jueces, apoyados en la legislación, gustan de la prisión preventiva, sobre todo aplicado a inmigrantes, con el pretexto del peligro de fuga, por delitos bastante leves. Y porque el Código Penal no es permisivo ni comprensivo.

Incluso España, dentro de la UE, está muy por debajo de la media en cuanto a la criminalidad (aunque, insisto en el dato contradictorio, está por encima de la media en población reclusa -claro que una cosa es la política penal y otra la tasa de criminalidad-). Por supuesto hay apartados en que la criminalidad ha aumentado, por ejemplo, lo que son robos en viviendas desocupadas en el momento del atraco (no en robos en viviendas en general, que disminuye también), pero en contra de lo que se piensa, los robos con violencia sobre las personas han disminuido (y era uno de los «peligros» de la crisis económica), y eso lo dice la policía; también han disminuido los asesinatos así como otros delitos graves y preocupantes, aunque tengan más presencia en los medios de comunicación.

Pero el PP se apoya, realmente, en las «sensaciones», y estas las marca la visibilidad en los medios de comunicación, aun se habla de asesinatos cometidos hace bastante tiempo, y en los mismos se apoyan para hablar de un aumento de un tipo de delito realmente atroz (violación y asesinato, y de una menor), pero no es cierto, no han aumentado esos delitos, ha subido la cantidad de tiempo en que los noticieros se ocupan de los mismos (sino estaríamos hablando de cifras y no de asesinatos de hace tanto tiempo). Dice Trillo que a él Rubalcaba no le engaña con los datos, pues no sé en qué se basa para decir lo contrario, en tanto que no presenta prueba alguna de su afirmación (y que los datos vienen de la policía y la guardia civil, instituciones a las que él daba toda credibilidad hasta hace dos días). En otras palabras, el PP hace populismo apoyándose en percepciones que no corresponden a la realidad española.

Es falso, además, que el código penal español sea leve (siempre hay que ver con qué lo comparamos, pero globalmente, no solo un «precepto por precepto»), también es falso que el PSOE se comporte como «izquierda» con una mentalidad «correccionista», solo hay que comparar el actual código Penal (Ley Orgánica 10/1995, gobierno del PSOE) con el de 1973 (Decreto 3096/1973 con las modificaciones posteriores tras la entrada en vigor de la Constitución), para ver que el componente reeducador y reductor de la pena para favorecer la reinserción era mayor en el código anterior (aunque tenía algunas penas mucho más duras, también era más fácil redimirla -más aun, se eliminaron las dos formas más empleadas de hacerlo: la educación y el trabajo-), y el Código Penal, salvo un par de preceptos introducidos por el PP en sus últimos años y derogados por el PSOE durante el primer gobierno de Rodríguez Zapatero, no ha hecho más que endurecerse una y otra vez. E innecesariamente.

Es falso además que penas mayores disuadan más, o ayuden a bajar la delincuencia, miren la que existe en España y la que hay en otros países, igual de «avanzados» y con códigos penales más duros así como una aplicación incluso más severa con España, y ahora digan quién tiene más crímenes de todos los tipos y colores, piensen en Estados Unidos, con pena de muerte incluida, cadena perpetua dada hasta por estornudar, una aplicación amplísima de lo que es la «reincidencia», ¿dónde se producen más delitos? (y eso que en ese país también ha bajado el índice de criminalidad). Dentro de la UE de los quince solo Grecia, Portugal e Irlanda tienen tasas más bajas que España, en cambio Suecia y Reino Unido la superan por más del doble. En Reino Unido las penas son bastante más duras que en España, y tienen más delincuencia. ¿Ven cómo no hay relación entre una cosa y otra? Pues el PP sigue viéndola.

Para ir concluyendo, Trillo recurre a todos los mitos habidos y por haber sobre el Derecho Penal español, lo hace de forma populista, y, encima, con argumentos falsos para atacar a sus contrincantes políticos (como el de la tasa de delincuencia o decir que el PSOE es blando), además de olvidarse de esa Constitución que solo defienden cuando les conviene (lo siento, el fin es reeducar y reincorporar a la persona castigada a la sociedad, no excluirla de la misma), y todo ello con demagogia sobre el tratamiento a las víctimas (sé que no he hablado sobre ese punto, pero nadie en la izquierda considera que el delincuente «merece más» que la «víctima», incluso, y es de las pocas cosas buenas del gobierno del PSOE, el tratamiento y atención integral de determinadas personas víctimas de algunos delitos especialmente relacionado con las personas, véase el que reciben las víctimas por violencia de género, los apoyos legales vienen hasta en el Estatuto de los Trabajadores, en los planes de empleo, en la aplicación de políticas sociales y demás, y así con muchas víctimas,salvo que entendamos como único tratamiento a la víctima la lex talionis ya mencionada).

Y para discursos viejos, el de endurecer las penas. Como siempre: Otro derecho penal es posible (y no es el que propone el PP, ni el PSOE, ni CiU).

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