Mario Vargas Llosa defendiendo al gobierno

El señor L es muy de derechas, pero tiene ramalazos ínclitos que le alejan de esa derecha carca y rancia que tanto perjudica, la que tiene las consignas más contrarias a la libertad aunque se cubra con el manto del liberalismo. ¡Ellos hubieran perseguido a los liberales antaño! Alguna vez he defendido al Señor L, también conocido como Mario Vargas Llosa, no su pensamiento, sino su coherencia dentro del mismo, y que no fuera tan rancio como la mayoría de nuestra derecha, algunos apuntes tan simples como alejarse del Partido Popular en España o apoyar el mensaje del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en nuestro país.

Pero hay días, como hoy, que el nombre de Mario Vargas Llosa sólo tiene un epíteto como caracterizador: intelectual orgánico. Él lo fue, no deberíamos extrañarnos de esto. Luego decidió ser independiente, esto es, dejar de ser un chupatintas de tres al cuarto a favor del poder vigente en un momento dado para volverse un agente activo de ese sistema (para cambiarlo según él); así inició a fin de cuentas su carrera política, para eso la inició.

Hace 20 años Mario Vargas Llosa no hubiese dedicado ni medio segundo a felicitar a un gobierno precedido por Alan García Pérez (como bien nos recordó Don Alejandro Godoy hace un tiempo, cuando el escritor peruano fue recibido en Palacio de Gobierno por nuestro inefable presidente), entre otras cosas porque García es un mal presidente, inconsecuente, inefable, inepto y tiene las manos manchadas de sangre. Y las sigue teniendo así.

Pero Vargas Llosa no tiene nada en contra de los atropellos que el APRA gobernante comete contra los ciudadanos. La razón es simple, el Señor L es un intelectual orgánico del imperialismo neocón, de ese sistema puramente capitalista que permite que el mercado pase por encima de las personas sin problemas, vía libre para destruirnos, y cuyo proyecto se medio consolidó con con Fujimori, cuando el mismo asumió el plan económico del propio equipo de Mario Vargas Llosa (con el que se presentó en 1990), y que fue continuado por Alejandro Toledo y mantenido en su totalidad por un APRA que queda mucho más a la derecha que el resto de partidos de la Internacional Socialista.

Días como hoy el Señor L nos recuerda cuál es su lado, recurre a un argumento simplista impropio de él (que hasta sorprende a algunos de sus medio defensores), y sale en defensa del gobierno con un pueril argumento de que criticar al gobierno ahora es «hacerle el juego a quienes no quieren que haya democracia en el Perú y quienes quieren que el Perú sea similar a Venezuela o Bolivia» (aunque al menos tuvo la coherencia de criticar la postura del gobierno con respecto a China y el Tíbet, coherencia que no tiene el propio gobierno que ahora defiende el escritor peruano).

En el actual gobierno hay mucho que censurar, mucho que criticar (no sólo posturitas o negocios menores), y una de las grandes cuestiones que hay que sacar a la luz es el por cuanto dinero se vende el gobierno para mantener el statu quo, a cuanto nos sale mantenerlo, cuanto cobran por las corruptelas de cada día y por qué el gobierno es incapaz de realizar la mínima política social sin amagos de clientelismo descarado. El APRA no es ni la sombra de sí mismo, y eso ya es triste. Realizar, parafraseando a Mario Vargas Llosa, un cargamontón no es hacer el juego a otros, es realizar una serie de reivindicaciones justas y necesarias. Y aunque otros también quieran hacer cargamontón, no nos vamos a quedar con los brazos cruzados mientras esperamos, con el tíquet en la mano, el turno para cargar contra el gobierno. Más aún, ahora es el momento, ahora. Frente a las delegaciones internacionales, al menos que alguien nos oiga.

3 comentarios en «Mario Vargas Llosa defendiendo al gobierno»

  1. No fue de izquierdas alguna vez el señor L?? alguna vez, en la prehistoria tal vez? Estos son los peores… No se preocupe que en Argentina este tipo de señores L también los tenemos para desgracia de nuestro sufrido continente.
    Saludos

  2. Salud

    No sé si es un converso, pero bueno, en el 80 ya estaba con capa y corazón con Fernando Belaúnde Terry :P (Gobierno en ese momento)… Pero sí, de estos intelectuales hay a patadas.

    ¿Hombre del año? ¡Qué mal año debe ser!

    Hasta luego y gracias por los comentarios ;)

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