Comentarios sobre los planes de gobierno. Clase trabajadora

Pancarta Primero de mayo

Introducción

En las próximas entradas haré una serie de comentarios sobre los planes de gobierno de los distintos partidos políticos que compiten a la presidencia del Perú. Por supuesto, es un resumen que incluye mi opinión sobre dichos planes de gobierno, no pretende un análisis imparcial ni mucho menos. Les comparto mi lectura de dichos documentos que los partidos presentan.

Todos los planes de gobierno los he colgado en esta otra entrada.

Notas previas

Creo que a nadie le cabe duda que, dado el panorama, el empleo es uno de los puntos fundamentales de cualquier programa de gobierno. Además, la situación precaria de la clase trabajadora en Perú viene de antiguo, no podemos obviar el nivel de informalidad que tenemos (superior al 70 % de la PEA) sin contar, acá, a la cantidad de personas que trabajan como «por honorarios» cuando están cubriendo un puesto de trabajo de planilla de forma más que evidente. También en la estructura del Estado.

Junto con esto, los salarios son bajos, el empleo precario, la represión sindical es altísima, no hay ningún tipo de conciencia de clase, pensiones que no llegan, sistema previsional en ruina e insostenible…

¿Qué dicen nuestros partidos sobre esto?

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Errores y dudas comunes en el mundo del Derecho. La Seguridad Social

Humor gráfico, licenciado en CCT

Introducción

Seguimos con la serie de entradas donde intento simplificar mucho (muchísimo) algunas cuestiones que normalmente se expresan de forma incorrecta. Es normal, en el mundo jurídico hemos creado una jerga particular (como cualquier especialidad, tiene su propio idioma) que, encima, no cuadra con los significados habituales. Además, los medios de comunicación no ayudan en nada, todo lo contrario, suelen fallar más que escopeta de feria en el manejo de la terminología. También procuraré resolver algunas dudas sobre estos temas de «la ley». Pero vamos al lío:

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Errores y dudas comunes en el mundo del Derecho. ¿Tengo contrato?

Tira sobre la presunción del contrato laboral como indefinido.

Introducción

Escribiré una serie de entradas donde intentaré simplificar mucho (muchísimo) algunas cuestiones que normalmente se expresan de forma incorrecta. Es normal, en el mundo jurídico hemos creado una jerga particular (como cualquier especialidad, tiene su propio idioma) que, encima, no cuadra con los significados habituales. Además, los medios de comunicación no ayudan en nada, todo lo contrario, suelen fallar más que escopeta de feria en el manejo de la terminología. También procuraré resolver algunas dudas sobre estos temas de «la ley».

Estos artículos buscan dar un poco de luz sobre algunos términos o situaciones que, la verdad, escucho mucho y siempre mal. No son una guía jurídica ni un ensayo o tratado sobre el tema, tómenlo como una aproximación simplificada donde espero no meter la pata en algunos puntos (pues todo es muy, pero que muy matizable).

En otras palabras, si los conceptos jurídicos que se manejan en el ordenamiento suelen ser pinturas con mucho detalle, acá llego para explicarlos con brocha gorda, con lo que habrá cosas que se escapen. Pero vamos al lío:

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Sobre el dato de paro registrado de mayo de 2018

Hacía tiempo que no hablaba del tema del desempleo, en parte porque requiere un tratamiento más amplio de lo que normalmente se hace (y he hecho) por los cambios en la estructura del mercado laboral, de los tipos de empleo (aumento de la contratación parcial) que deberían llevarnos a mirar los datos de múltiples fuentes para entender mejor tanto el empleo como el desempleo (entre la EPA y Contabilidad Nacional, como mínimo). Pero hoy justo haré lo contrario, que es fijarnos en un dato. Encima, el que menos me gusta: paro registrado. ¿Por qué? Por cómo se ha dado la noticia, desde la propia nota de prensa (copia en PDF) del gobierno en funciones, hasta cómo ha sido reflejada por los medios de comunicación (sobre todo los acríticos con el gobierno del PP, que son la mayoría de los principales).

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A vueltas con las estadísticas laborales

mercado de trabajo 2002-2014

Tres tipos de mentiras: las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas

En el debate del estado de la nación hemos podido asistir a un combate de medias verdades y desinformación según se iban tirando datos a la cara unos a otros, absolutamente descontextualizados, faltos de explicación y arbitrarios; cada vez que tenemos datos del mercado laboral (como el reciente del paro registrado) ocurre algo así, más cuando la lectura (los matices) que se hacen por los operadores sociales y políticos son lanzados al público sin vacuna alguna (y sin la menor explicación de qué es eso de paro registrado o lo que toque en cada momento).

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Ley Pulpín: derogada

Igualito 097

Es una victoria de la calle. Gana Perú, con su vocero, puede dedicarse a atacar al aprismo, fujimorismo y toledismo por todos esos regímenes especiales contrarios a los derechos de los trabajadores; puede, además, recordar que primero votaron a favor de la llamada «Ley Pulpín» (Ley nº 30288, PDF), puede pasarse el día así y eso no quitará que el régimen que ellos plantearon tuvo una fuerte contestación en la calle (algo que no tuvieron los otros, por los motivos que fuera), que son todos los jóvenes y no tan jóvenes los que han conseguido que esos partidos cambiaran de opinión (aunque solo fuera de cara a la galería, por ahora nos vale: se derogó la ley Pulpín con 91 votos a favor, 18 en contra y 5 abstenciones, durante la sesión extraordinaria del Congreso. Siga leyendo…

Ley pulpín: la lucha sigue y una respuesta

Y la discusión es parte de la lucha. Es importante ser honestos cuando se abre un debate; es imprescindible ir de buena fe, y por ello es increíblemente negativo estar otorgando oscuros intereses a las partes con las que se entabla la conversación. Con respecto a la Ley nº 30288 (PDF de la separata legal), llamada «Ley Pulpín», se están escribiendo ríos de tinta mientras los jóvenes y no tan jóvenes marchan en las calles (y se la juegan tras la brutal represión policial; algo básico: las pintadas no se combaten con pistolas, señores policías). Existe, en este caso, no solo intereses enfrentados, sino visiones distintas de cómo resolver los problemas; por ello el diálogo es importante… pero resulta imposible, por lo visto. El gobierno no escucha y quienes defienden la norma nos califican de manipuladores, de estar en contra por pura mala fe (o por ignorancia); como ejemplo, el editorial de El Comercio del domingo.

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Sobre la «rigidez laboral» en Perú, a propósito de la «Ley pulpín»

«¿Cómo no va a poder defenderse un régimen que hace menos onerosa la contratación formal de un adulto menor de 24 años en un país que tiene uno de los 20 regímenes laborales más rígidos del planeta, o en el que siete de cada diez personas con algún tipo de trabajo se ven en la necesidad de desarrollarlo en la informalidad?»

Es una de las preguntas retóricas que hace el editorial de El Comercio para atacar a los opositores de la reforma laboral juvenil obrada por la Ley nº 30288 o, como se le llama, la «ley pulpín» (PDF de la separata legal). Esa pregunta contiene al menos tres elementos muy discutibles que El Comercio da por hecho. Por un lado, está la repetidísima afirmación sobre la rigidez en la regulación laboral peruana (algo que se machaca desde antes de la flexibilización que comienza en el 91 y que cada reforma laboral sigue), simplemente no es cierto (más adelante desarrollo esta idea) y, por otro lado, deja clara la opinión, sin establecerlo, que la flexibilización trae formalización. Lo segundo es empíricamente falso, el sector con más trabajo informal en Perú es la microempresa (casi la totalidad de los trabajadores, el doble que las empresas grandes) que tiene el peor y más flexible de los regímenes laborales posibles (incluso el mamarracho legal de la ley pulpín da más derechos que los que tienen los trabajadores de la microempresa). El tercer elemento de la pregunta retórica, en el que no entraré, es ese de «se ven en la necesidad» de trabajar informalmente; no es que sea una «necesidad», es que es una imposición por parte del empleador (no hay que perder de vista esto, nunca).

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Organización y lucha contra una reforma negativa

La ley Pulpín, o esa norma que lo único que hará es arrebatar derechos a los trabajadores jóvenes, ha sido contestada masivamente en las calles. Por supuesto, algunos prefieren ocultar el origen de todo y fijarse en los actos de violencia ocurridos (que, a pesar de todo, son anecdóticos simplemente), obviando que en la mayoría de casos la policía comenzó los desmanes; esa que reprime por órdenes del gobierno, esa cuyo arma son las bombas lacrimógenas y los palos.

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Trabajo precario, cortesía de gobierno y Congreso

«Beneficiará a unos 260 mil jóvenes que estarán en planilla y contarán con 15 días de vacaciones, pero no tendrán CTS ni gratificación.» (La República)

¿Cómo que beneficiará a esos jóvenes? Hace no mucho protestaba en esta página por una medida del gobierno que premiaba el incumplimiento de la legislación laboral, ahora toca señalar una cachetada a la juventud peruana. Para formalizar el empleo que ya existe no hace falta rebajar las condiciones legales del trabajo, sino aplicar la ley existente. Esto es, si las empresas no formalizan los contratos es, básicamente, porque no quieren; generar un régimen de precarización del trabajo como «gancho» para la formalización es disparar al pie, es hacer que los contratos que se celebrarían de todas formas se realicen con peores condiciones para los trabajadores.

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No pude salir más barato incumplir que cumplir

No pocas veces en Perú nos encontramos con procesos de «regularización» que sirven, más bien, como premio a quien incumple. Así los incentivos desde lo público no son a la realización de las obligaciones (tributarias, laborales, económicas, las que sean) sino más bien hacia el incumplimiento constante y luego pagar poco o nada de multa. Literalmente. ¿Cómo «reactiva» la economía este gobierno? Rebajando las sanciones por incumplir la legislación laboral, la tributaria, la ambiental (con una importante reducción del papel fiscalizador por parte del Estado, además) y toda la que se cruce por el camino.

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Menos paro pero muchos menos trabajadores

El paro registrado es el resultado de realizar una serie de exclusiones dentro de los «demandantes de trabajo» apuntados en las oficinas públicas de empleo a último día de mes; así, lo primero que se excluye son los «ocupados» -personas inscritas para mejorar su actual puesto de trabajo, lógico, no son desempleados- y luego a los que buscan «empleos específicos o con disponibilidad limitada», aunque estén sin trabajo -¿por qué? porque se consideran demandas muy especialitas, para decirlo de forma poco técnica-. Entre los demandantes «desocupados» se produce una nueva criba -se excluye a quienes buscan un empleo de corta duración, a quienes quieren empleos de algo menos de media jornada (lo cual no coincide con ese «fomento del tiempo parcial» que tanto dice el gobierno), distintos «tipos» de «estudiantes» (incluso mayores de 25 si aún no han trabajado, algo ahora habitual), las personas que el SPEE considera que han rechazado un «empleo adecuado» (que es cualquier cosa) y otros-, todo regulado en la Orden Ministerial de 11 de Marzo de 1985. ¿Por qué les suelto todo este rollo? Porque hoy toca la alegría gubernamental por los datos del paro registrado. ¡Ha bajado!

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Un optimista gobierno

No se me ocurre otra forma de decirlo. La variación intertrimestral del PIB, según el Banco de España (PDF), es 0,1%; la variación interanual (más importante que la anterior) es del -1,2%. De Guindos ya dice que este es el final de la recesión y el inicio del fin de la crisis. Hay que recordar que durante esta crisis ya hemos tenido periodos de crecimiento del PIB (de hecho el PIB durante el 2011 creció, muy poco, eso sí), y fue hasta irregularmente sostenido (en la interanual, tres trimestres consecutivos, en la intertrimestral fue salteado). Siga leyendo…

Berrinche: El trabajador oferta Trabajo, no lo demanda

Esto es un «berrinche» en el sentido más estricto; y una maldición entre dientes a quien lo escribió y al que lo editó. En uno de esos horrorosos libros de texto que usan ahora los chicos me encuentro -dando apoyo de cara a la recuperación de septiembre- la definición imposible: El empresario oferta Trabajo y los trabajadores lo demandan. Lo hacen para mantener el mismo «estilo» que en el mercado de bienes y servicios: el empresario oferta y el consumidor demanda. Pero justamente se estudia por separado los mercados de trabajo por sus peculiaridades, y la principal es que el empresario es el que demanda el trabajo y las personas quienes constituyen la oferta -los neoclásicos tienen claro ese punto, no es un tema de clásicos frente a noclásicos-; sin tener claro ese «detalle» todo lo demás carece de sentido, todas las peculiaridades y toda la estructura, así como lo segundo más importante: Es un mercado derivado. Si la estructura fuera como dice ese «libro», en un contexto como el actual (exceso de demanda -la de los trabajadores, por el desempleo- y escasa oferta -la de los empresarios-), el precio del trabajo (salario) subiría, no bajaría (la receta liberal, sea dicho). Quien tiene el trabajo (la fuerza de trabajo) es la persona, no la empresa, el empresario necesita convertir la fuerza de trabajo en bienes y servicios, para ello tiene la organización, el capital y consume la materia prima necesaria. Edito: Estos casos me causan problemas; lo que el alumno quiere es aprobar, si el profesor es de los que se apegan a los manuales, tiene que repetir los mismos aunque la información no sea del todo «correcta», así que uno debe ayudarle a que sea capaz de hacer eso, entendiendo lo que pone… ¡pero es que lo que pone está mal! ¿Qué hago en esos casos? Hasta ahora voy por lo «fácil», repito lo que pone el libro, le digo que está mal, le explico por qué y puntualizo: «en el examen pon lo que dice el libro, y si te atreves, agrega lo que te estoy explicando yo».

Reforma laboral en una ley ómnibus con «nombre» positivo

Me encantaría conocer al que se encarga de poner los nombres a las leyes en España. Sé que no hay «una persona» con dicha ocupación, pero hay veces que merece un premio por saber ocultar todo en un nombre casi positivo. Eso pasa con el Real Decreto-ley 11/2013, de 2 de agosto, para la protección de los trabajadores a tiempo parcial y otras medidas urgentes en el orden económico y social (PDF, otros formatos). Por favor, vuelvan a leer el nombre. Los operadores jurídicos tendemos a llevarnos mal con las leyes ómnibus, esas que tocan mil y un temas, a veces con mucha profundidad, a veces por encima, pero que no hay un hilo conductor claro, sino un remiendo de inconexos temas que los han metido todos dentro de la misma norma para ahorrar procesos y procedimientos (algunas sí tienen un tema transversal claro, otras, como este, son «económicos y sociales», o sea, todo).

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