Gallardón y los corruptos

El titular fue que el gobierno no indultaba (ahora ni nunca) corruptos. La lucha contra este tipo de delitos contra todos, aseguraba Gallardón, Ministro de Justicia, la llevaba adelante el gobierno desde todos los planos: ley de transparencia, persecusión y, claro, no dando indultos, que son para evitar los abusos de una aplicación dura de la ley (sí, para eso son). La mayoría de medios simplemente repitió lo que dijo el ministro. Así suelen funcionar las rotativas. Algunos tertulianos, además, aprovecharon para sacar pecho por «su» gobierno. Claro, la realidad es otra cosa. Hemos tenido que esperar, básicamente, a que una asociación de jueces recuerde los indultos de este gobierno para delitos de «corrupción» (prevaricación urbanística y delitos contra la Administración son delitos de corrupción, por si alguien no lo pilla). Evidentemente, el gobierno mintió (otra vez). Los medios, esos que hablan de su papel fiscalizador y de que son el cuarto poder, ¿por qué transmitieron, cual loros, las palabras del ministro sin media línea de búsqueda de la realidad? ¿La memoria para ellos, dueños de grandes hemerotecas, también es de corto plazo? Luego Gallardón matizó. Luego. Haciendo trampas al solitario, manteniendo el engaño. Ya soltó la frase de propaganda y la coló en grandes titulares, ya ganó en el juego publicitario.

¡Claro que buscan impunidad!

Que no nos engañen, la ley que propone el ejecutivo busca, descaradamente, la impunidad de los efectivos de las fuerzas armadas y de la policía, lo que es peor, busca una impunidad «a dedo», que se someta a la pura discrecionalidad del gobierno. Peor imposible. Que sí, que el proyecto habla de que dicho informe, el que deben pedir los fiscales al gobierno antes de abrir un proceso, no es vinculante, pero es preceptivo, con ello ya se comienzan a poner trabas y alargar los plazos para que actúe la «justicia».

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