Haciendo los deberes a última hora… y mintiendo, claro

Hace unos días se publicó el «Real Decreto-ley 9/2017, de 26 de mayo, por el que se transponen directivas de la Unión Europea en los ámbitos financiero, mercantil y sanitario, y sobre el desplazamiento de trabajadores», que, como pueden observar, recoge un amplio pupurrí de materias. La justificación es que hay que trasponer una serie de directivas europeas. Las directivas, como saben, tienen un plazo para realizar la adaptación del derecho nacional, que hay que cumplir sí o sí. Una mala práctica en la transposición es realizarla mediante Real Decreto-ley, esto es, el plazo es amplio, si se hace por un instrumento que está pensado para la «urgencia», significa que algo se hizo increíblemente mal o que al gobierno no lo interesa para nada la materia o que la misma se discuta en Las Cortes, en ambos casos, algo negativo.

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PE dice NO a las 65 horas

La retrógada Directiva que pretendía ampliar la jornada máxima legal hasta, en ciertos supuestos, 65 horas semanales se ha visto frustrada en el Parlamento Europeo, donde unos 500 eurodiputados han dicho que las 65 horas las trabajará su padre (en palabras más discretas, pero creo que los europarlamentarios eran de los primeros en no querer ver su jornada aumentada). La mayoría en la cámara de todos los europeos de la Unión ha sido clara, hasta miembros del PPE han votado a favor de decirle NO a la directiva que ya avisaba conflictos sociales.

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La directiva de retorno nos manda al pasado

publicado originalmente en De Igual a Igual

La Unión Europea insiste en que no está girando a la derecha, sino que nos manda al pasado, eso sí, siempre de la mano de los votos inefables del partido Conservador y el Liberal, unidos en el empeño de regresar al siglo XIX a todos los europeos, y con ellos, a todos los ciudadanos del mundo que querían vivir el sueño americano azul y blanco de la UE, que tanto se vende fuera de las fronteras nacionales.

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Una Unión decimonónica

Sesenta horas. Sesenta y cinco en casos particulares. La Unión Europea se ha vuelto decimonónica, y no me refiero a que la estructura que encarna sea anticuada ni mucho menos, lo digo en el sentido de que ha descubierto la máquina del tiempo y el Consejo ha decidido mandarnos al pasado a todos. Negociación directa Empresario – trabajador para ver si el último trabaja 60 horas a la semana. Sí, 60 a la semana.

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