Notas sobre DRY

Estos días parece que toca hablar sobre los límites de Democracia Real Ya, sobre su pasado o su futuro, sobre su funcionamiento interno, sobre su significado, es lógico, se acerca otra gran convocatoria, 12m, y un aniversario, vamos, las dos grandes razones para hablar de un movimiento. Esa convocatoria espera superar, y con creces, la del 15 de octubre del año pasado (fotos en Valladolid). Los que siguen este espacio sabrán que acompañé las manifestaciones (además de la ya enlazada, fotos del 15m, 21m, 19j), participé en unas cuantas de sus asambleas (no solo de las que luego hablé), defendí a las acampadas de algunas críticas concretas o apoyé sus críticas a los abusos de la legislación electoral y cómo no se aplica a todos por igual, pero tampoco me puedo presentar como un activista o militante, ni mucho menos, ni mucho menos como un adherente (no le he dado al «me gusta» en ninguna plataforma web autoproclamada red social), no conozco a fondo los entresijos de quienes mueven los principales hilos (que son, normalmente, los más militantes y activistas). ¿A qué viene la advertencia, que no es tal, y el prólogo? A que voy a hablar un poco de todo, pero quiero que me sitúen bien. Siga leyendo…

Sobre algunas críticas contra las acampadas


Como habrán visto por las fotos de dos días (y otras que no he subido) he intentado «estar ahí» en las protestas y acampadas surgidas desde el movimiento Democracia Real Ya, algo que hay que entender es que esas acampadas y los de DRY no son lo mismo, y que la heterogeneidad es el punto de partida a todo lo que estamos viviendo y viendo. Tampoco todas las acampadas responden a las mismas ideas y consensos, y fuera de una coordinación mínima para determinados actos (como el minuto de silencio a las 23:59 del domingo) y una solidaridad amplia, cada acampada es autónoma del resto. También hay que entender (y leo con desasosiego a algunas de las «personalidades» que impulsaron DRY que no lo entienden) que las acampadas no representan a nadie, no se «arrogan» derecho alguno, las asambleas que ahí se montan son por y para la acampada, y solo representan a los que ahí están, esto es, en todo caso, un ejercicio de un asamblearismo directo que, además, rechaza las fórmulas intermediadas de ejercer el poder, esto es, toda reivindicación, programa, consenso, decisión que salga de una asamblea vincula a la acampada porque así lo quieren ellos, pero a nadie más, ni representan a nadie más que los que ahí estuvieron decidiendo algo, ni se impone nada a nadie (esto es, si una asamblea decidiera levantar una acampada, pero 20 o más personas la quieren mantener, nadie de la asamblea les exigirá irse, no hay coacciones, claro que los que se queden no serán los «mismos» que los que estaban en la acampada, será una «escisión» del «movimiento», tan legítima como la propia decisión de la acampada, claro que tendrían que pedir sus propios permisos y demás ante la autoridad administrativa competente).

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¿Una concentración no pero un periódico sí?

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LO 5/1985, LOREG) dispone de todo un marco normativo para las campañas electorales, posiblemente el más incumplido antes, durante y después de los periodos de campaña (así la existencia de la «pre-campaña» sería el ejemplo más palpable de esto, sin ir más lejos), las juntas electorales se esfuerzan malamente en reaccionar ante incumplimientos y, básicamente, prohibir actos que puedan ir contra ese marco normativo (esta vez, tras la última modificación de la LOREG, se lo han pasado pipa prohibiendo inauguraciones de locales, obras y demás, sean declaradas como tales o aperturas encubiertas, y a los partidos con poder municipal -sobre todo- reclamando una aplicación no estricta de la ley que ellos mismos aprobaron -cuando es el PSOE o el PP quien reclama-). El art. 53 de la LO 5/85 establece, al principio: «No puede difundirse propaganda electoral ni realizarse acto alguno de campaña electoral una vez que ésta haya legalmente terminado.» Ese fue el caballo de batalla en todo lo de Democracia Real Ya o Movimiento 15-M para que se permita su presencia en las calles en la jornada de reflexión y en el día de votaciones: Lo que hacemos, decían, no es propaganda electoral según la ley (por eso el día de la reflexión y hoy mismo se cuidaron muy mucho de hacer referencias explícitas a cualquier partido político). Ayer en Pucela la organización se afanaba para que no se pidiera voto para nadie o en contra de nadie.

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