Soria, el hombre de las medias verdades

Estos días son el aluvión de medias verdades (que no solo son mentiras, sino manipulación pura); de los creadores de «las rentas bajas no pagarán impuestos» (¿y todos los indirectos, que son los que más han subido, no los pagamos?) viene Jose Manuel Soria mintiendo sobre las prospecciones en Canarias. Voy a dejar de lado cómo recuerda los casos en que el PSOE canario se alía con CC contra el PP y evita recordar cómo el PP ha hecho eso mismo con CC para quitar al PSOE el gobierno (contando el autonómico en 2007, jugada «devuelta» por el PSOE en el 2011, saliendo siempre CC beneficiada; bueno, sí menciona que CC no ha ganado las últimas dos veces y ha gobernado, solo que no mencionó que la otra vez cogobernó con el PP, no con el PSOE) y me centro en las prospecciones en esta mininota (aunque no tenga -por ahora- dicho formato). Soria, en la entrevista en Radio Nacional, afirma (desde el min. 10): «CC llevaba hacer prospecciones en Canarias como parte de su programa electoral». Una de las tertulianas lee una línea y Soria dice «blanco y en Botella». Pues no, el Programa Electoral (leído por la tertuliana y el que está publicado -que es el mismo-) no dice que quieran hacer las prospecciones, sino que las competencias de prospecciones deberían ser de Canarias. ¿Es lo mismo? No; si Canarias tiene las competencias, es Canarias quien decide si se hacen o no las prospecciones o en qué condiciones se hacen; actualmente la competencia es estatal y de ahí el enfrentamiento. Tampoco es incoherente (como luego dice). El PSC-PSOE no lo llevaba en el programa, pero sí que su secretario general estaba a favor (no todo el partido). Soria piensa (lo dice tal cual) que el no viene de que él es canario… pues ya me explicará el no de sus compañeros de partido de Baleares que se oponen a las prospecciones también. De todas maneras, al margen de programas o declaraciones, el debate de las prospecciones está en Canarias desde hace tiempo, no es actual, si el PSC-PSOE y CC ahora se ponen del lado de esa parte de la ciudadanía que no las quiere, es legítimo.