Amazon a la española

«Amazon.es llega a España con mucho más que libros» se titula un publirreportaje (espero que lo sea) en Público sobre la empresa estadounidense. Es una obviedad como un templo, en tanto que Amazon es una empresa que vende de todo (literalmente), y, sobre todo, es un intermediario que basa su fuerza en el control y la centralización, es todo lo contrario a lo que nos prometieron que sería Internet (y a lo que, al paso que vamos, nunca llegará a ser)… En fin, solo para recordar lo que ya he puesto en esta casa sobre Amazon o modelos de negocio similares al suyo: «Apple, censuras y modelos centralizados», «Cambiando intermediarios… a peor», «Y Amazon lo volvió a hacer», «Servicios centralizados y control» y «Amazon, 1984, prensa y control». De momento Amazon en España no venderá libros electrónicos (ni periódicos o revistas digitales), pero todo se andará. Amazon es una de las empresas que tengo en mi lista negra, y como uno apoya lo que consume, ya sé dónde no consumiré (por más que a veces tengan ofertas o productos realmente atractivos, ese punto no lo niego).

Google y el pago por noticias

La filosofía declarada de Google es que el contenido sea gratuito, siempre acompañado de la publicidad, hasta que comenzó a funcionar a media tinta, gratuito sí, pero hasta cierto punto, hasta cierto nivel, no todo que esto no es jauja, así que Google, en esa línea, presenta ante la Asociación de Periódicos de Estados Unidos (NAA por sus siglas en inglés) un sistema para cobrar por acceder a determinada información. Google se vuelve en intermediario.

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Amazon, 1984, prensa y control

Hace unos días se dispararon todas las alarmas con respecto al proceder de Amazon.com Inc.: La librería de e-books (libros en formato digital) y fabricante de un lector portátil de los mismos, el Kindle, retiró de su catálogo dos libros de George Orwell («Rebelión en la granja» y «1984») al no tener los derechos de distribución, hasta ahí todo normal, pero lo que también hizo la compañía fue retirar los libros previamente adquiridos por los usuarios de los Kindle, en otras palabras, «borró» los libros de las bibliotecas personales de los lectores (devolvieron el dinero, claro, faltaría más).

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