Presupuestos participativos: ¿asamblea? [en D=a= Delicias]

En D=a= Delicias estamos participando de forma bastante activa en el tema de los presupuestos participativos de Valladolid, si bien es una cuestión institucional, es de estas cosas en que hay que participar y, por supuesto, impugnar y criticar. Además de informar, desde nuestro particular punto de vista. El pasado martes tuvimos una «asamblea informativa» en la Zona Este 1 de Valladolid (donde se incluye nuestro barrio, Delicias) y en la web del colectivo pueden encontrar un largo artículo al respecto, que inicia así:

«Salvo en el ámbito militar, la «asamblea» se entiende como un «ámbito de deliberación», aunque no necesariamente de decisión. El ayuntamiento de Valladolid lo usa, más bien, como «reunión informativa», con preguntas, si eso, que incluso se pueden llegar a contestar y a dar la palabra para que se responda. Pero no era un lugar para «hablar» de nada, menos entre les vecines; era un espacio informativo por parte de dos personas enviadas por el ayuntamiento. Más parecido a una charla o clase magistral, incluso una rueda de prensa, que a una «Asamblea». Pero nos estamos acostumbrando a estos pequeños cambios de significados que, en realidad, resultan un ataque a ciertos conceptos.» [Siga leyendo en D=a= Delicias].

Un gobierno sin confianza [nota en D=a=]

El Congreso de la República del Perú fuerza al presidente Kuczynski (PPK) a rehacer todo el gobierno, no le otorgó la Confianza al gabinete de Zavala en la sesión de ayer. Fueron 77 votos contra el gobierno, 16 abstenciones y 22 respaldos (el más significativo, siendo un voto díscolo con su bancada, el de Kenji Fujimori, de Fuerza Popular, quien está «suspendido» dentro de su grupo). El gobierno lleva meses perdiendo ministros por las interpelaciones de un congreso absolutamente controlado por el fujimorismo, que no quiere ponérselo fácil a un jefe de Estado que ve continuamente disminuir su aprobación. [Continúe leyendo en D=a=].

Fuimos y somos violentos

Recordemos que no derrotamos al odio y al terror de Sendero con sus mismas armas, sino poniéndonos por encima y más allá de ellos y de sus agentes. No los derrotamos porque fuimos más feroces o más violentos que ellos; los derrotamos porque nos propusimos no ser como ellos y su sanguinario cabecilla fue apresado sin realizar un solo disparo y juzgado con las garantías de debido proceso que este asesino quiso destruir.

Palabras de Luis Davelouis en su columna de «Les ganamos» en Perú21. Ese discurso de nosotros contra ellos, nosotros desde la superioridad venciéndoles y demás lo escucho y leo mucho, sobre todo desde una parte de nuestra sociedad que quiere hablar bien de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y crear una distinción entre los héroes y el aparato corrupto y violento que todos esos años existió (y que en estos sigue existiendo, tal vez no con la fuerza de antaño, pero sigue). Como cuando hablamos de la Operación Chavín de Huántar, en que se quiere dejar claro que unos «infiltrados» ajusticiaron al menos a un terrorista mientras que el resto de los comandos son impolutos seres de luz y justicia.

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Sobre el referendo independentista en Cataluña [nota en D=a=]

Tener la ley de tu lado no significa tener razón.

Cada vez que se dice (con razón) que la mitad de los catalanes han sido dejados de lado por esta convocatoria de un referendo de autodeterminación se olvidan que la otra mitad se dejaría de lado si no se convocara (por no decir que la mayoría, de lejos, está con el «derecho a decidir», siendo los bloques de sí/no poco monolíticos). Y es ahí donde ya tenemos una de las primeras dobles varas de medir. Es cierto, el Parlamento Catalán no tiene competencias para aprobar una ley que permita convocar un referendo de independencia. Como también lo es que el gobierno catalán no puede convocar un referéndum basado en una ley de esa estampa. Ambas normas (ya sea por vía ordinaria o por ejecución de sentencia), además, quedarán suspendidas en cuanto el Tribunal Constitucional acepte los recursos presentados por el gobierno de España. [Continúa leyendo en D=a=].

Los congresistas no pueden someterse a mandato

Es alucinante. Simplemente alucinante. Lo primero, se sigue creyendo que las meras prohibiciones arreglarán unos partidos políticos que no saben cómo organizarse, que no tienen una verdadera base ideológica –al menos no distinta entre sí, no en elementos claves–. Lo segundo, seguimos sin entender que los congresistas representan directamente al pueblo, no son meras correas de transmisión de lo que el partido diga. Como extra: parece que hay políticos que no se enteran de qué es y para qué sirve el Tribunal Constitucional. Personalmente no me gustan muchas de sus decisiones, pero nunca se me ocurriría decir que el Constitucional no puede controlar el Reglamento del Congreso, ¡si su trabajo es mantener la Constitución!

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