A propósito de la universidad con el 3+2

Es increíble los problemas que está trayendo el dichoso Plan Bolonia en España; la mala implementación que se ha hecho desde el inicio y lo poco claro que han tenido las autoridades para su desarrollo y aplicación en estas tierras. Apurando los plazos, siempre sin tener claro qué queremos y cómo debemos llegar a eso que deseamos. Tal vez porque el proceso de Bolonia suponía un gran cambio en el cómo funcionaba la Universidad y, en el fondo, no se tuvo muy en cuenta este sistema y la inercia existente para ir probando cambios en que, necesariamente, se necesitaba la colaboración del sector. Tal vez porque la visión de futuro fue (y es) nula en estos temas.

Sea como fuere, el problema ahora está con el llamado Decreto 3+2 de Wert, que en realidad es el «Real Decreto 43/2015, de 2 de febrero, por el que se modifica el Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, y el Real Decreto 99/2011, de 28 de enero, por el que se regulan las enseñanzas oficiales de doctorado», que desde los ámbitos universitarios y preuniversitarios (ESO, bachillerato y FP) han sido respondidos hasta con protestas estudiantiles, no siempre con tino en los argumentos, para mi gusto.

Dos quejas a evitar y una fronteriza

Decir que es una reforma de tapadillo creo que no es del todo cierto, es de los casos en que se ha hablado bastante previamente, gracias a que es obligatorio consultar al Consejo de Universidades, que se ha quejado duramente por la norma.

Tampoco me parece correcto atacar al gobierno sobre la base de querer reformar todo el sistema universitario por Real Decreto cuando debería ir con un proyecto a las Cortes; la ordenación de las enseñanzas universitarias está en un Real Decreto, se modifica con otro. Actualmente el art. 37 de la LOU establece este sistema de Grado-Máster a desarrollar por RD (el artículo fue modificado en el 2007 por la «Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades», esa reforma fue en la que se cambió lo de Diplomados/licenciaturas por Grados; previamente la ordenación de éstos también se hacía por RD).

No me parece, tampoco, que sea un proceso de privatización de la universidad, en tanto que las universidades públicas han sido lo suficientemente hábiles para aumentar su oferta te másteres oficiales aprovechando el tiempo libre que quedó de reordenar las carreras de 5 a 4 años.

Lo mismo pueden hacer engordando los másteres, como dice el real decreto (algo así hicieron cuando para el doctorado pasó a ser obligatorio el máster; volvieron los periodos de docencia de muchos doctorados -ahora innecesario- en máster y punto, que todo cambia para que nada cambie).

La privatización de la universidad se está dando por otro lado: el descenso de la financiación pública a la Universidad (obliga a subir tasas y esto hace que la diferencia con la privada, muchas veces regalatítulos, descienda) a la par que se siguen autorizando nuevas universidades privadas (los mismos políticos que quieren que la universidad adelgace porque hay demasiadas para tan pocos alumnos aprueban la apertura de privadas porque hacen falta más campus… ¿cómo es posible?). En este proceso el decreto 3+2 no tiene nada que ver. O no tanto, a mi parecer.

Temas importantes

Creo que lo importante del tema está en otros lados. Nos dice el ministro de economía que con esto nos ponemos a la altura del resto de países europeos que tienen este 3+2 en vez del 4+1; recuerdo hace ya muchos años que los profesores se quejaban porque España había decidido ir por el 4+1 en vez del 3+2 (otros no quería ninguno de esos sistemas, 5 años y punto). En términos prácticos, los títulos españoles estaban siendo vistos desde dos puntos distintos, casi como si tuvieran una especialización pequeña o simplemente el mismo valor que los grados de tres años.

También recuerdo las quejas cuando salían los currículos de las nuevas carreras de cuatro años (incluso antes de los grados) en que se ponía el acento en que la misma carrera tenía en unos lados cinco y en otros cuatro… pero eso no va a casi ningún lado (y lo digo como alguien que pasó por una de cinco).

El sistema universitario cada vez va más a la especialización y menos a esa «universalidad»; existe cierta verdad en la acusación que un mero grado tendrá poco valor en el mercado laboral (al lado de alguien que se ha especializado con un máster); sin olvidar que, además, muchas profesiones reguladas ahora pasan por la obligatoriedad de un máster donde antes valía la carrera. ¿Este cambio por qué se ha hecho? Generar filtros extras. Se ha flexibilizado los currículos a tal punto que una carrera ya no habilita para una profesión regulada; se crea un máster pero no se confía y, en algunos casos, se pone un examen público para permitir la habilitación… los costes del proceso se han disparado.

El tema económico, por otro lado, es central en todo el asunto. Lo primero, en España existen diferencias inmensas entre unas universidades y otras (entre regiones) así como entre carreras. También se aprovechó el Grado para subir las tasas por crédito matriculado con respecto a las titulaciones anteriores (para el curso 2014-2015, en CyL, 23,34€ el crédito del grado frente a las de primer y segundo ciclo que valieron 19,94€ -precios medios de la primera matrícula-). Revisen bien las estadísticas del Ministerio de Educación para que vean cómo está el patio.

Cuando se nos dice que en Francia, como en otros países del entorno, se aplica el 3+2, se «olvidan» de mencionar que en esos países, en general, estudiar en la Universidad es increíblemente más barato que en España (y hay más ayudas, en muchos de ellos, contando también deducciones en impuestos en favor de las familias que soportan el esfuerzo de tener un hijo estudiando); en algunos de ellos es directamente gratuito (en España se está discutiendo si la FP debe mantenerse gratuita o no).

Así en la universidad pública francesa un curso de Grado está por debajo de los 200 euros (ese es el máximo). Lo mismo ocurre también con los másteres, mientras que en España el precio mínimo está en torno a mil quinientos euros, en la mayoría de países el máximo a duras penas supera los mil euros. Pueden ver bien desarrollado este tema en el Informe «El coste de estudiar en Europa. Precios, becas y otras ayudas a las universidades europeas (2013-14)» (de julio de 2014, PDF) del Observatorio del Sistema Universitario.

El tema principal, en el fondo y para mi gusto, se encuentra en el coste de estudiar. Este costo no es solo la matrícula, es tener a un miembro de la familia estudiando en vez de trabajando. Pero, por ahora, en este punto no voy a entrar. El cambio del sistema obrado por el llamado Decreto 3+2, si no se acompaña con una modificación de los precios públicos (y nada indica ni obliga en ese sentido) supone, necesariamente, un aumento del coste de estudiar cinco años en la universidad, algo obligatorio para el acceso a determinadas profesiones reguladas.

Un ejemplo en Castilla y León

Una de las carreras más baratas, por el grado de experimentalidad, es Derecho (la que yo estudié y por ello la pongo de ejemplo), he tomado los principales costes en Castilla y León (Decreto 20/2014, de 30 de mayo de Precios Públicos y la corrección de errores de un mes después -fíjense en los másteres para ver dónde tuvieron uno «gordo»-) y elaborado el siguiente cuadro:

Comparativa de precios entre sistemas 4+1 y 3+2 en Castilla y León
Grado en Derecho
Créditos Precio* Total
240 17,07 4096,8
180 17,07 3072,6
Másteres Abogacía Otros
Créditos Precio* Total Precio* Total
60 32,78 1966,8 41,58 2494,8
120 32,78 3933,6 41,58 4989,6
Coste de expedición de títulos Sistema Coste final**
Grado 214,05 Abogacía Otros
Máster 214,05 4+1 6491,7 7019,7
Total 428,1 3+2 7434,3 8490,3
Dif. 942,6 1470,6
14,52% 20,95%
*Solo primera matrícula. Las siguientes matrículas suben considerablemente el precio por crédito, así la cuarta del Grado, por ejemplo, vale 76,83€.
**No incluye otros costes administrativos (apertura de expediente, secretaría, tarjeta de estudiantes) o de seguros (como el de estudiantes, no obligatorio para todos).
Cuadro de elaboración propia con los datos del Decreto 20/2014, de 30 de mayo de Precios Públicos de Castilla y León (y su corrección de errores).

Con esto, simplemente si se sigue el cambio de 3+2, supondría un sobrecoste directo de 942 euros de una carrera que ya ha subido increíblemente en los últimos años (ahora es necesario un máster y un examen donde antes no hacía falta; además de colegiarse, costo que no incluyo por cambiar de colegio en colegio), esto es, solamente cambiando un poco ya tenemos que la carrera para ser abogado aumenta de precio un 14,5%.

He colocado el costo de los másteres no habilitantes para una profesión regulada porque también son útiles, son especialidades y dan acceso a los doctorados, por tanto, son la puerta a la carrera investigadora y docente en la Universidad. En este caso el aumento del coste de los estudios con el 3+2 es del 20,95%.

Este aumento (porque lo hay; pretender decir que existe un ahorro porque se podrá tener un título en 3 años en vez de 4 es querer engañar a los estudiantes y a sus familias), además, no va acompañado con una mejora de nada en cuanto al contenido curricular; no existe una verdadera diferencia entre lo que se enseña en las carreras y en los másteres, no para justificar la gran diferencia de precio (no te dan una 143% mejor educación en un máster de Asuntos Jurídicos que en el Grado de Derecho); en todo caso, el grado ya debería tener una educación mejor en todos los sentidos, no esperar al máster para que la enseñanza sea personalizada y buena.

Consideraciones finales

Creo que el centro de la queja debe ir, por un lado, por el coste de los estudios en España (en concreto, las tasas abusivas y absurdamente altas), acompañado de una petición de mejor financiación pública a la universidad; y por otro, por los recortes en las becas (junto con el aumento de las causas en que toca devolverlas), así la petición debe ir en favor de una mejora de los distintos sistemas de compensación a las familias y estudiantes para permitir una igualdad de oportunidades real en el acceso a la universidad (esto es, mejora de becas, incentivos fiscales familiares, etcétera).

Algunas notas sobre el tema:

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