Un mensaje a la Nación contra las protestas

Lo leo y no me lo creo. No sé si reír o indignarme. El presidente Alan García Pérez lanzó un mensaje a la Nación (léanlo bien) para demonizar la marcha convocada, entre otros, por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), dentro de la llamada «Segunda Jornada Nacional de Lucha». Un demagógico y confundido presidente se ha lanzado a la táctica del desprestigio y ha entrado en la espiral de la doble moral, del doble rasero, de la hipocresía y el cinismo… Otra vez.

Error de apreciación

Es marcha (movilización), no paro. No estamos ante una huelga, un paro, sino ante una de esas marchas que Alan García, en su momento, apoyó sin dudar un segundo en con quiénes marchaban y sin cuestionar el sentido político de las mismas (y hasta daba patadas a los que se le ponían delante). La CGTP tiene toda la razón cuando acusan al gobierno de desinformar a la población. Una cosa es una declaración que se les puede «escapar», pero un mensaje a la nación, que paraliza los medios para hacer que la voz del presidente llegue a todos lados, no puede cometer un error tan burdo como el de mencionar que esto es un paro. Claro, que teniendo en cuenta el comportamiento de la Agencia pública de noticias con respecto a la marcha que «olvida» datos que explicarían, y mucho, el comportamiento de ciertos agentes sindicales, pues estamos en las mismas.

El miedo y el insulto hacia el otro

El Presidente ha retomado el «y vienen los rojos» como fórmula para «desprestigiar» a sus críticos, que piden, básicamente, lo que el presidente ofreció en su programa electoral, y lo que en 2004 ya pedían al ejecutivo comandado por Alejandro Toledo. Alan García, aquella vez, declaró: «Todos tienen derecho a protestar contra este gobierno (…) Nosotros somos demócratas, pero no queremos un pueblo silencioso». ¿Ahora no se puede protestar contra el gobierno, Señor García? ¿Ahora saca el tema de quién ganó las elecciones para defenderse contra las protestas y tacharlas poco más de antidemocráticas? ¿Ahora se olvida de lo importante que es el derecho a protestar, sin contar, además, el derecho a la huelga?

La hipocresía y la doble moral del Presidente de la Nación

García ha declarado esta vez: «La población sabe que, a pesar de los problemas que son de larguísimo tiempo, el Perú va por buen camino. Se le respeta y reconoce internacionalmente. No hay otra manera de crear trabajo que no sea a través de la inversión, o de la empresa privada, o del Estado». Señor presidente, el Perú no va por buen camino. Ni siquiera sigue un camino determinado. Usted prometió cambio y no ha dado nada, ha continuado con el legado de Fujimori en materia económica. Esa misma política que criticaba hace tan sólo 3 años ahora es la base de su gobierno. No tenga tanta cara.

Recurso a la demagogia

Si ya estamos acostumbrados a ver cómo se demonizan y atacan a los sindicatos en nuestro país, y sus protestas (aunque antaño fueran apoyadas), la demagogia realizada hoy día por el presidente del país ha sido, cuanto menos, rastrera: «Me pregunto si el pueblo peruano, que paga a los empleados y a los profesionales que trabajan en el Estado, estaría de acuerdo con que el Gobierno tome todo el dinero del pueblo para pagar más a los trabajadores públicos y se olvide de hacer obras, de hacer agua potable». Me pregunto si un Estado como el Peruano, con tanta riqueza y que tan bien va, es incapaz de hacer las dos cosas resulta por culpa de la falta de recursos reales o por la mala gestión de los mismos.

Si pagar bien a sus trabajadores (y en Perú la administración es posiblemente el empleador que más se salta a la torera tanto la legislación laboral como la de contratación de servicios). No sé ustedes, pero por mi parte prefiero que se deje de favorecer con grandes sumas de dinero a los amigos, que se deje de contratar a los familiares de los compañeros y que los ministros dejen de comprar portadas favorables en diarios sicarios, sólo por mencionar tres perlas recientes. Si tenemos un gobierno incapaz de hacer dos cosas a la vez, como realizar obras públicas y pagar un sueldo digno a los trabajadores del Estado, es que no es un buen gobierno. Máxime estando en una situación económicamente buena (en términos macroeconómicos).

La pregunta del millón

Alan García se pregunta, nos pregunta: «¿Por qué empujar una huelga? ¿Por orden internacional? ¿Por orden política o consigna política?».

¿Orden internacional? Se nota que el gobierno peruano está paranoico con el tema Chávez, y utiliza como arma arrojadiza cualquier posible «interferencia internacional» en nuestra política doméstica. En una práctica que, como nos recuerda José Alejandro Godoy, lleva años realizándose. «Las convocatorias a estas Jornadas Nacionales de Lucha, con reivindicaciones maximalistas en el terreno económico, hace varios años que vienen siendo rutinarias», escribe José Alejandro. Otra vez volvemos a las marchas contra Toledo convocadas por CGTP y apoyadas por García, esas marchas que hoy seguimos viendo y cuyos postulados son los mismos. ¿Qué ha cambiado? El país no. Ahora García es gobierno, eso ha cambiado.

¿Qué empuja a la CGTP y a la Coordinadora Social y Política (CSP) a participar en la Segunda Jornada Nacional de Lucha? Básicamente, que el gobierno no ha hecho caso a la jornada nacional de lucha del 11 de Julio de este año y que el gobierno resuelva una serie de problemas laborales que llevan años sucediendo en nuestro país. A la par, se quejan del «alza del costo de vida, los despidos, atropellos y la impunidad de los empresarios que violan los derechos laborales», demandan un «aumento de sueldos, salarios y pensiones» y la derogatoria de una serie de «Decretos Legislativos represivos». Pues con las reivindicaciones de la CGTP en la mano, no puedo sino darles la razón. ¿El presidente no lo ve? Por supuesto, está muy ocupado en mantener un Estado corrupto y sacar beneficios del mismo a costa de todos los peruanos.


«¿Un paro de la CGTP merece un Mensaje a la Nación así tan catastrofista?»

Esta pregunta se la hace Ocram en El Útero de Marita. Y es la que todos debemos hacernos. ¿El Estado debe gastar los recursos de todos en crear alarma social contra los sindicatos? ¿Es aceptable que las protestas contra el gobierno sean satanizadas de esta forma? ¿Debemos aceptar la campaña de desinformación del gobierno sobre estas marchas? ¿Debemos permitir que se nos arrebate, de facto, el derecho a protestar? ¿Es normal que el gobierno construya al Enemigo sobre los sindicatos?

José Alejandro Godoy ve dos errores en la política del gobierno con respecto a estas protestas: La satanización de las mismas (y recuerda el derecho a protestar) y el atribuir más peso político a estas movilizaciones del que realmente tienen (a la par que recuerda la normalidad con la que se vienen realizando estas marchas, aunque más de una vez han sido duramente reprimidas).

Obviamente, el sobredimensionar las protestas y demonizarlas no es un error, es una táctica del gobierno. Persigue el desprestigio de unas instituciones que cuentan con un apoyo escaso, pero que sí recogen un sentir popular (y esa sensación de que la economía va bien pero los bolsillos de los peruanos van mal y que las leyes laborales no se cumplen ni de casualidad ha sido constante en los últimos gobiernos peruanos, que mantienen un crecimiento económico alto y constante pero seguimos en la miseria y una fatal redistribución de las rentas). El gobierno está creando un Enemigo, para echarle luego las culpas. No, luego no. Ya le está echando las culpas a todos los que protestan. Y el presidente lo hace como articulista en el diario más importante de Perú.

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Publicado en De Igual a Igual.

2 comentarios en «Un mensaje a la Nación contra las protestas»

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