Cámara baja se niega al «refuerzo de tropas» en Iraq

La Cámara de Representantes de Estados Unidos de América (EUA) ha aprobado una resolución en contra de los planes del presidente George W. Bush de aumentar con 21.500 soldados más el contingente militar en Iraq. El texto, aprobado por la bancada demócrata con algunos (17) apoyos de republicanos críticos con la guerra, no es vinculante para la administración Bush, pero supone un aumento de presión sobre la misma, máxime teniendo en cuenta que la mayoría de los estadounidenses están en contra de la guerra (del desarrollo de la misma).

El texto dice textualmente que «el Congreso y el pueblo estadounidense seguirán apoyando y protegiendo a los miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que sirven o han servido con valor y honor en Irak (…) el Congreso desaprueba la decisión que el presidente George W. Bush anunció el 10 de enero para desplegar más de 20.000 tropas de combate adicionales en Irak«, según informa El País.

La presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, ha tomado como un triunfo para la causa contraria al desarrollo de la guerra la aprobación de esta resolución, ya que «marcará un cambio de dirección en Iraq que pondrá fin a la lucha y traerá a casa a nuestras tropas«, según sus propias palabras. En el mismo sentido, el demócrata John Murtha afirmó que EUA debe realizar un cambio de su política en Iraq y que el Congreso tiene la «responsabilidad de consumar ese cambio«. Nydia Velázquez, compañera de partido de Pelosi, destaca el hecho de que esta resolución es un gesto al mundo de que EUA está cambiando su rumbo en Iraq.

Para los republicanos que han votado en contra de esta medida, el texto aprobado «pone en riesgo» la «seguridad nacional» y es contraria a la responsabilidad del Congreso de apoyar sin reparos la labor de las tropas estadounidenses. Más aún, algún republicano, como la congresista Barbara Cubin, ha calificado de «equivocada y peligrosa» la resolución aprobada, ya que «envía a los terroristas la señal de que EUA está dividido en torno a la guerra». Sin contar la parte de la señal a los terroristas, lo otro es claramente cierto, una parte de los estadounidenses están en contra de lo que ahí está pasando y la minoría que actualmente gobierna está a favor. Existe, pues, una división obvia.

Este texto, no vinculante, será llevado al Senado, donde hace una semana se intentó aprobar una resolución en este mismo sentido que fue bloqueada por la minoría republicana. La resolución choca directamente con la petición de más financiación y flexibilidad realizada por la Casa Blanca al Congreso.

La guerra de Iraq se encuentra, en este momento, fuertemente cuestionada por diversos sectores de la sociedad estadounidense, muchos de los cuales prestaron su apoyo al inicio de la contienda. Incluso desde sectores partidarios de la guerra ven con preocupación la posible malversación de los fondos destinados para la invasión de Iraq, después que una auditoría revelara un fraude de unos diez mil millones de dólares.

((Publicado también en De Igual a Igual))

Todos sabemos que la guerra no se hizo por gusto, ni por error. Lo de las armas fue una mala excusa para asustar a los propios votantes estadounidenses, que tras verse lastimados por los atentados terroristas del 11-S decidieron que el gobierno de Estados Unidos tenía, o debía tener, la capacidad de actuar con total impunidad en cualquier lugar del mundo, su seguridad sobre elresto del mundo. Y la excusa de «viene el coco» sirve bien, el terror como medio para que cualquier cosa esté justificada es una práctica tan vieja como la propia avaricia del hombre.Así que, cuando los estadounidenses se han dado de bruces contra la realidad, en la que Iraq ni tenía armas de destrucción masiva (la gran amenaza decían -como lo fuera el comunismo en su tiempo-), que los vínculos con el terrorismo internacional nunca existieron, al menos no de la forma como se presentaron de cara al público. Bin Laden ni siquiera tragaba al asesinado dictador iraquí, nada de eso era cierto. Y no, no fue un error.

La guerra, como tantas otras, tenía un fin económico y geopolítico más que claro. Y el económico no es sólo de forma directa (el tan mentado petróleo), sino doblemente indirecta, por un lado, se impidió que un país como Iraq vendiera su petróleo en Euros en vez de usar los dólares estadounidenses, cuestión que no interesaba para nada a Estados Unidos, y por otra parte, para que las empresas amigas del gobierno de Bush pudieran hacer un gran negocio, uno gigante. Sí, tanto las empresas de armas como las empresas contratistas, todos giran en torno a la familia de Bush y eso no es gratuito. Ahora se ha descubierto un agujero en los gastos de la guerra, 10 mil millones, y esa es la punta del iceberg. Sin contar que todos los gastos de la guerra no son más que un negocio, todos esos muertos un número que no se considera siquiera pérdida, y todas esas violaciones del Derecho Internacional o los Derechos Humanos un mal necesario pensado para poder ganar, si cabe, aún más.

Y me autocito:

Nos tienen estupidizados, nos inculcan la cultura del miedo y crean enemigos, lo mejor, también crean falsos amigos que nos protegen de los enemigos que no son tales para que podamos estar tranquilos y seguros mientras «ellos» hacen lo que les sale de las narices en virtud de la Seguridad, en Virtud de los Intereses nacionales ¿Qué intereses? Mientras haya estados habrá guerras, mientras se permita que alguien nos llene de intereses suprapersonales, de intereses nacionales, estatales, o como rayos les quieran llamar dejaremos que nos quiten la libertad para que ellos puedan jugar con la misma, no hay otra forma de controlar a la gente que dándole algo que no existe para que se cobije mientras tú les tienes que pagar la renta por lo que no existe, del Contrato Feudal de Vasallaje, que al menos era expreso y necesario, con formalismos y demás, se ha pasado a la cultura del Vasallaje, donde nos quitan pero no nos dan, donde hay alguien que decide que es lo que quiere una nación (sí, el discurso del espíritu de la nación se ha retomado, no con esas palabras, pero sí con el mismo contenido), ese discurso que tanto mal nos ha hecho durante tanto tiempo…

Sin lugar a dudas, mientras haya Estados habrá guerras. Necesitamos recuperar la libertad, necesitamos decir basta al aprovechamiento sangriento que algunos hacen sobre el resto. Como una vez dijo un buen amigo, otro mundo no es posible, es necesario y urgente.

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