De encuestas y candidatos, la pugna por el poder.

Es curioso cómo las encuestas van cambiando a ritmo de las noticias (¿o es al revés?) y cómo en la recta final las promesas se vuelven más “bílicas” que meditadas, demagogia en vez de planes, y ni asomo de debates sobre los planes de gobierno ¿Para qué? Y eso que no han entrado al trapo de las descalificaciones que se dedicó a soltar la (aún) primera dama. O a aceptar el reto del bailoteo propuesto por una candidata al congreso fujimorista al candidato presidencial aprista.
Flores con 31%, Humala con 30%, García con 22% (según Apoyo). Estos son los candidatos presidenciales con más posibilidades de salir elegidos, en segunda vuelta gana Lourdes, pero no de forma tan clara como lo hacía antes (el techo electoral de Humala ha subido algo, esto es realmente importante en una virtual segunda vuelta) ¿le funcionó ese plan de Gobierno que no se parece a sus mítines?

Todos prometen estabilidad macroeconómica y “mejorar” el sistema fiscal, no parece que sean planes demasiado realistas, pero están para intentar cumplirlos. Desde el UPP se habla de nacionalizar los “sectores estratégicos” (hidrocarburos, puertos, aeropuertos, gas, electricidad), aunque insisten en que nacionalizar no es lo mismo que estatizar, aunque claro, no explican qué entienden por “nacionalizar” (¿que el capital sea SOLO nacional? ¿mayoritariamente? ¿Que se regule “bien” el funcionamiento de esas empresas sin contar con la procedencia del capital que la forma?). Desde UN se dice que prometer no basta, que hay que sustentar las promesas que se hacen. Menuda cara, aún no sustentan sus promesas (ya registradas) como la de los empleos o los créditos.

Ahora, lo curioso de las encuestas, es que han dado un vuelco en la intención al voto para el Congreso. El 23% sería del Apra, el 20% de intención de voto se va con Unidad Nacional (¿Cuánto voto negativo va a favor de Lourdes para la candidatura presidencial?), el 17% sería para UPP (acá hay un claro divorcio entre el partido por el que se presenta Ollanta y los cuadros de los votantes) mientras que el fujimorismo va concentrando fuerzas en torno a Alianza para el Futuro (AF). Así pues, Lourdes si gana tendrá un congreso de difícil control, si gana Ollanta la situación es aún más “grabe”, mientras que si ganase el APRA al menos existiría consonancia entre los dos poderes por los que votamos, pero siempre en una minoría que le obligaría a pactar. ¿Acaso los únicos que votarán (al menos entre los "grandes") al mismo partido para Congreso y presidente son los del APRA?

Por cierto, sobre el tema de las encuestas, no tiene pierde El Comentario del Editor de El Comercio.

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