Se (pro)ponen Vallas en las Elecciones… No sabemos lo que queremos.

No, no y otra vez no. No podemos pretender solucionar nuestra “Democracia” poniendo vallas a la entrada en el Parlamento con el único objetivo de la “gobernabilidad”, porque éstas sólo sirven para impedir el ingreso de partidos, no mejoran ni una cosa ni otra, se quejan, muchos partidos (los grandes) que mediante el sistema actual hay demasiada fragmentación en el congreso… Pues, Señores congresistas, esa es la fragmentación que hemos votado, si los partidos grandes “pierden” tantísimos votos, hagan una reflexión de por qué ni sus madres quieren votar por ustedes y solucionen ese problema.
En un sistema que prima a la persona (y está bien, puesto que es la
persona quien realmente te representará, no un partido, en
abstracto),que busca representar a la mayor cantidad de personas, la
valla es una forma de mantener el poder
. Nos ponen de ejemplo España
(donde existe a la vez una sub-representación y una
sobre-representación que, en donde muchos colectivos buscan la forma de
cambiar esta situación), Inglaterra (cuando se habla de
Circunscripciones unipersonales, por favor, peor ejemplo imposible, acá
también hay una clara “sub y sobre” representación), Estados Unidos
(uno de los sistemas más criticados por “sin sentido”, con
compromisarios y demás, que, simplemente, permite que quien tiene menos
votos gane y que sólo haya dos alternativas para votar).


Tener un Congreso con pocos partidos no significa tener una mejor
Democracia
, lo mismo con el “gobierno estable”, creo que todos estamos
de acuerdo en que esas “democracias totalitarias” no tienen demasiado
de Democracia cuando se impide que el resto de formaciones entren al
ruedo. Tener un par (o tres) partidos alternantes en el poder, que
copan la mayoría de la cámara y con una férrea disciplina de partidos,
no es más que tener una partidocracia en que el poder está en unos
pocos
, que sólo cambian un poquito de posición de un día a otro, que no
representan a nadie
, y que muchas veces (por no decir la mayoría) para
el ciudadano ya no queda una alternativa
(lo vimos, por ejemplo, en las
últimas elecciones en Inglaterra, donde los dos partidos más grandes
estaban a favor de la guerra contra Iraq, mientras que la ciudadanía,
mayoritariamente, está en contra, sabiendo, además, que votar al tercer
partido es perder el tiempo (al menos en el corto plazo), y es en ese
país donde vemos el gran problema de representatividad de su sistema
(en la década de los 80… diablos, no tengo a manos las estadísticas,
pero un par de puntos menos en porcentaje de los votos hizo que entre
el segundo y el tercer partido la diferencia de escaños obtenidos era
absurda)…

Así mismo, ya perdimos el sistema de Distrito Electoral Único, así
todas y cada una de las circunscripciones, tienen un claro déficit de
representación
, los votos para el Congreso, ya no valen igual (el
último –de los 35- escaño repartido en Lima fue para un aprista, con 24
571 votillos, mientras que un congresista de Perú Posible consiguió el
segundo y último de los escaños repartidos en Pasco con 5 337 votos),
al igual que, en todas las circunscripciones pequeñas, el tercer (o
cuarto) partido quedan excluidas de poder representar a nadie; y no por
la gracia de la atracción de votos por parte de los partidos más
grandes, sino por la desgracia de las Circunscripciones pequeñas
. Según
como dibujes las circunscripciones, puede ganar un partido u otro
(aunque no se suele tener tanto descaro para que los mandatarios se
inventen las mismas, pero, poder, se puede).

En todo este chanchullo de la valla porcentual (en que se habla de si
tiene que ser por circunscripción o a nivel estatal –lo lógico es que
sea por distrito electoral-, en que, por cierto, la discución secentra en qué tan alta esté la valla… discusión propiciada por esos partidos con más de 3 pero menos de 5… que conveniente), se habla de la gobernabilidad (es
patético que alguien con un promedio de aceptación del 10% hable de
esto, debió renunciar hace tiempo, está claro que aunque tengas apoyo
al inicio no significa que lo tienes siempre, y si se consigue o no la
gobernabilidad depende muchísimo de los “jugadores”, no tanto del
“sistema de juego”, así que esos son cuentos chinos, sin olvidar que
Perú es un sistema presidencialista), se habla de evitar el
“transfuguismo”
(esto ya es una roca como un templo, el “problema” de
los tránsfugas se da dentro de los partidos, no con diputados
pertenecientes a otros partidos, por más pequeños que estos sean, el
que Perú Posible haya sufrido tantísimas “bajas” entre sus congresistas
–recordemos que inició el 2001 con 45 escaños… creo que ahora tiene
35, pero no me acuerdo bien-, siendo, incluso, la Congresista más
votada –Ana Elena Townsend, 329 970 personas le dieron respaldo-, de
Perú Posible, decidió cambiar de bancada), se habla de tantas cosas que
sólo algunos en el Congreso se atreven a decir para qué quieren poner
esta valla
, ahí vemos al Congresista Guerrero esta es una forma de los
partidos tradicionales para justificar sus fracasos
, y no le falta
razón (al igual que cuando dice “Actualmente los partidos políticos son
un grupo de personas que se reúnen por intereses personales, no se
reúnen por grandes intereses o dogmas y propuestas de Estado”, sigue
sin faltarle razón, pero acá metería a casi todos los políticos,
independientemente si están en partidos grandes o no).

A todo esto, hablamos –hablan- mucho de partidos grandes y pequeños, y
la importancia de un sistema de partidos para consolidar el
funcionamiento de la democracia, pero ¿alguien me podría decir la
ideología o ideario de Perú Posible? –y no vale salir corriendo a
revisar la página del partido-, realmente no hay partidos en el Perú
(en general)
, unos pocos sí que lo son, con una ideología clara y que
representan mal que bien fielmente a quienes les votan, pero esto no
pasa, por ejemplo, ni con el presidente ni con su partido, al igual que
otros muchos partidos cuyos nombres son, realmente, eslóganes (Somos
Perú, Perú Ahora, Perú Posible, Cambio Noventa Nueva Mayoría, Todos por
la Victoria, Solución Popular, y de los nuevos ya ni hablemos, como ese
que tiene de nombre “Y se llama Perú” o el de la Congresista más votada
–que hace poco fundó un partido- “Partido Político Democracia y
Transparencia”), y esto no tendría que ser malo si no fuera porque
realmente se vota
(y el voto es obligatorio) sin saber a quien le
estamos delegando nuestro voto
.


El problema de nuestro sistema electoral parte de la obligatoriedad del
voto
(te fuerzan a votar –aunque, por suerte, no te obligan a votar a
alguien en concreto), ahí ya “perdimos” de arranque (para esta valla se
recurre a ejemplos de lo que pasa en otros países, pero no se recuerda
que en éstos, el voto es voluntario), de la poca cultura política
(culpa, entre otras muchas causas, de la educación, y propiciada esta misma "no-cultura" desde los propios
políticos
, que son los últimos interesados –siempre en general- en que exista una cultura política, por no decir que la obligatoriedad del voto
colabora en esta no-cultura política) y de la desilusión constante que
los políticos nos causan
(por ejemplo, tenemos un Presidente que dice
todo el tiempo que está en contra de la corrupción –lógico, se supone
al menos-, que observó cerca del 25 de las leyes aprobadas por el
congreso durante el mandato de la oposición en la cámara de
representantes –con lo cual, nos demuestra que no le tiembla la mano
para observar leyes aprobadas por el Congreso-, pero dio su visto buenoa una ley con nombre propio, ya es pues, su responsabilidad, aunque él
se la ha querido quitar de encima, pero ese es otro tema).

Como siempre, las discusiones trascendentales no se tocan como deben,
nadie explica nada, todos se tiran “chiquitas” y son cambios, en
realidad, para beneficiar a los de siempre
(cosa que no me extraña -¡¡y
eso es lo lamentable!!-), y que el Sr. Toledo le parezca absurda la
cantidad de candidatos posibles al Congreso o a la Presidencia es de
persona con poca memoria (recordemos que él se presentó en otras
ocasiones, recibiendo, como mucho, el 2% de votos), y, siguiendo con
los países que nos sirven de ejemplo para esta valla, no nos deberíamos
olvidar que en España se presentaron al congreso casi 100 partidos
políticos (uno de ellos obtuvo 50 votos en total) , y ese no fue
problema o asombro alguno.

Por ahora lo dejo, que ya me extendí más de lo deseado.